¿Sientes dolor y sensibilidad en un diente? Aunque hay diversas afecciones que pueden estar provocando las molestias, una de las causas más probables es la pulpitis dental, una inflamación localizada en el interior del diente.
A continuación, vamos a explicar algunos detalles que son clave para entender qué es la pulpitis dental, cómo se trata y cuáles son las medidas más adecuadas para prevenirla.
Contenido
¿Qué es la pulpitis dental?
La pulpitis dental es la inflamación de la pulpa del diente, que es la parte más interna del diente, donde se encuentran los nervios y los vasos sanguíneos. Esta inflamación puede provocar un dolor significativo y suele estar causada por caries no tratadas, traumatismos o diversas infecciones bacterianas, como la periodontitis.
En el caso de la pulpitis, la detección y el tratamiento tempranos son cruciales para evitar que la inflamación progrese y ocasione más dolor y daño en el diente y sus tejidos circundantes.
Tipos de pulpitis dental
Existen dos tipos de pulpitis dental, los cuales se diferencian en función de su gravedad. La pulpitis se clasifica en pulpitis reversible y pulpitis irreversible.
1- Pulpitis reversible
La pulpitis reversible es aquella que ocurre cuando la pulpa del diente está inflamada pero aún puede sanar y volver a su estado normal. Se caracteriza por una inflamación de menor intensidad (más leve) y que suele ser temporal. Es decir, con el tratamiento adecuado y a tiempo, se puede revertir.
2- Pulpitis irreversible
A diferencia de la pulpitis reversible, la pulpitis irreversible implica una inflamación de mayor intensidad (más severa). En estos casos, la pulpa está tan dañada que no puede sanar por sí misma y requiere un tratamiento dental urgente. En algunos casos, incluso, es necesario extraer el diente. Eso sí, esta opción solo se contemplará cuando no sea posible llevar a cabo una endodoncia, la cual permite extraer la pulpa afectada y salvar el diente.
Adicionalmente, existe otro tipo de pulpitis irreversible denominada pulpitis hiperplásica (también conocida como pólipo pulpar). Esta es una inflamación crónica de la pulpa que provoca un crecimiento excesivo del tejido pulpar y que tiene su origen en una caries. Fruto de este crecimiento excesivo, la pulpa rellena la cavidad de la caries y sobresale a través del diente. Por ello, en este tipo de pulpitis, el diente puede llegar a presentar un bulto de color rosado.
Causas de la pulpitis reversible
Las principales causas de la pulpitis reversible son las siguientes:
- Caries leves que todavía no han causado daños en el nervio dental.
- Traumatismos dentales que dañan el tejido pulpar.
- Restauraciones dentales profundas o recientes. La pulpitis reversible puede estar causada por una obturación (empaste) particularmente profunda en la que ha sido necesario acercarse hasta la pulpa para retirar el tejido dental dañado. Como consecuencia, los medios mecánicos o químicos utilizados durante el procedimiento han irritado la pulpa.
- Desgaste excesivo del esmalte debido al bruxismo o al alto consumo de ácidos (alimentos y bebidas).
- Infecciones bacterianas leves.
Causas de la pulpitis irreversible
Las causas más habituales de la pulpitis irreversible son las siguientes:
- Caries muy extensa, que ha llegado hasta la pulpa dental.
- Traumatismo dental severo que expone la pulpa al ambiente exterior, lo que puede causar una infección e inflamación grave.
- Restauraciones dentales fallidas o inadecuadas. Los empastes mal ajustados pueden permitir la filtración de bacterias desde el exterior. Asimismo, las técnicas o el instrumental que generan mucho calor o presión durante el procedimiento pueden dañar la pulpa.
- Tratamientos dentales repetidos. Los dientes que han sido sometidos a múltiples procedimientos pueden desarrollar una pulpitis irreversible debido al estrés y el daño que ha acumulado la pulpa.
- Infecciones bacterianas graves. Esto puede estar causado por una periodontitis avanzada, lo que se caracteriza por un gran nivel de infección.
- Necrosis o muerte de la pulpa. La pulpa puede necrosarse debido a la falta de flujo sanguíneo, lo que puede tener su origen en un traumatismo severo.
Ahora que ya sabes qué es la pulpitis irreversible y sus diferencias con respecto a la pulpitis reversible, haremos un resumen de aspectos generales que debemos conocer sobre la pulpitis dental, tales como: cuáles son sus síntomas, a qué tratamientos podemos recurrir para curarla y qué debemos hacer para prevenirla.
Síntomas de la pulpitis
Los síntomas de la pulpitis pueden variar en función de si la afección es reversible o irreversible. No obstante, hay varios signos comunes que pueden indicar la presencia de inflamación en la pulpa dental.
Por lo general, la principal señal de la pulpitis es el dolor, el cual puede tener diferentes niveles de intensidad. Además, puede manifestarse de las siguientes formas:
- Pulpitis reversible: en un primer escenario el dolor se presenta cuando se aplica un estímulo al diente, como pueden ser las bebidas o los alimentos a temperaturas muy calientes o frías. En este caso, el dolor tiende a desaparecer en pocos minutos o cuando se retira el estímulo que ha provocado la sensibilidad.
- Pulpitis irreversible: en este otro escenario, el dolor suele presentarse de forma espontánea (sin necesidad de que el paciente haya ingerido alguna comida o bebida). En este caso, las molestias se suelen prolongar en el tiempo independientemente de que haya o no un estímulo. Por tanto, este tipo de dolor se caracteriza por ser más constante e intensificarse.
¿Qué tratamiento existe para la pulpitis?
Llegados a este punto, seguramente quieras saber cómo se cura la pulpitis dental. Antes de nada, es imprescindible que el odontólogo diagnostique el tipo de pulpitis (reversible o irreversible) mediante una exploración clínica y radiológica (que incluye radiografías dentales).
Durante el diagnóstico, el especialista tiene en consideración los antecedentes del paciente y realiza una serie de exámenes físicos en el diente mediante la aplicación de diversos estímulos (percusión, frío y calor).
Además, el dentista puede hacer uso de un detector de pulpas eléctrico, que ayuda a determinar si la pulpa del diente presenta vitalidad o está necrosada.
Los tratamientos que se pueden aplicar para curar la pulpitis dental, los cuales se elegirán en función del caso de cada paciente, son los siguientes:
- Medicación: el dolor, la inflamación y la infección se pueden tratar con diversos fármacos analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos. Dichos medicamentos deberán ser siempre recetados por un médico u odontólogo.
- Empaste dental: por lo general, una pulpitis reversible que tiene su origen en una caries se puede tratar con un empaste. De esta manera, se elimina el tejido dental cariado para que desaparezcan los síntomas asociados a la caries (dolor, inflamación…).
- Ajuste de un empaste o corona: cuando la pulpitis dental tiene su origen en una restauración dental previa la solución puede pasar por reemplazar o ajustar el empaste o la corona que están causando las molestias.
- Endodoncia: es el tratamiento más habitual para la pulpitis irreversible. Consiste en retirar la pulpa dañada y, posteriormente, limpiar y desinfectar el conducto que deja. A continuación, este se rellena y se sella con un material de obturación para prevenir futuras infecciones.
- Extracción dental: si el diente está demasiado dañado y no puede ser salvado mediante una endodoncia será necesario extraerlo. Posteriormente, habrá que planificar la colocación de un implante dental para que la boca recupere la funcionalidad y estética perdidas con la extracción del diente.
Prevención
Para prevenir la pulpitis es necesario tomar una serie de medidas para proteger los dientes de las infecciones, las caries, los traumatismos y otros daños que puedan provocar la inflamación de la pulpa.
- Higiene oral: para evitar la aparición de caries, es de vital importancia mantener una óptima higiene bucal. Para ello, será necesario realizar un cepillado exhaustivo después de cada comida, así como utilizar colutorios e hilo dental al menos una vez al día.
- Protectores bucales: aunque en muchas ocasiones las fisuras o traumatismos no sean evitables, siempre es aconsejable usar protectores bucales para practicar deportes de contacto.
- Férulas de descarga: las férulas de descarga son uno de los principales tratamientos contra el bruxismo. Por tanto, se pueden utilizar de manera preventiva para evitar daños severos en el esmalte dental.
- Revisiones y limpiezas bucodentales: las visitas al dentista son fundamentales para que el profesional pueda revisar el estado de los dientes y las encías, así como para pautar la frecuencia idónea de las limpiezas bucodentales profesionales. De esta manera, se podrán detectar y prevenir las caries y las enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).
- Alimentación: es conveniente limitar el consumo de comidas y bebidas muy ácidas, ya que erosionan el esmalte dental. Asimismo, se deben extremar las precauciones al comer alimentos muy duros para evitar las fracturas dentales.
Tras leer este extenso artículo, ¿hemos resuelto tus dudas sobre la pulpitis dental? Si aún te queda alguna pregunta, llama a nuestras clínicas dentales y pide tu primera cita gratuita con un dentista.
